Nunca sin oración

Hay otra importante lección en Daniel 6. Había sido decretado un edicto que prohibía que cualquier hombre pidiera cualquier cosa a quien quiera que fuese, a no ser que sea el rey, por espacio de treinta días. Esto significaba que por treinta días Daniel no podía orar.
Satanás es muy astuto. Él sabe que la oración es fundamental en la vida del cristiano, pues a través de ella establece contacto con su Señor y esto le trae el corazón y el deseo de su Dios.
Por eso no debemos descuidar nuestra vida de oración. Si un cristiano deja de orar por treinta días, ciertamente se debilitará y será fácil presa del enemigo. No podemos admitir cualquier limitación a nuestro tiempo de comunión con el Señor. Aunque dispongamos sólo de un pequeño periodo para detenernos en Su presencia, debemos hacerlo consagrándonos totalmente a Él, abriendo nuestro corazón para recibir todo de Él.

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